El Ícaro es un canto mágico chamánico pero no es un canto cualquiera, es un canto sagrado y misterioso de poder ancestral chamánico, también se le llama el arma o herramienta curativa, la cual sirve para la protección, también sirve para dar sabiduría o energía personal. El canto es utilizado de forma ancestral por los Chamanes y curanderos durante los trabajos de sanación espiritual, la palabra Icaro no tiene traducción en ningún idioma. El objetivo es limpiar, proteger, curar el cuerpo, mente y alma, o los daños causados influyendo sobre su voluntad.
Esto se logra con la intención del Chamán Ayahuasquero cantando el Ícaro directo sobre la persona o sustancia a transmitir. La medicina a base de Ayahuasca se sirve al paciente y será ingerida, esto puede ser líquidos o el humo soplado del tabaco, el Ícaro es la parte básica y fundamental de la curación en las regiones de la Amazonía.
¿Qué son los Ícaros?
Los ícaros son cantos medicinales de curación chamánica, el chamán toma el Ayahuasca y cura al paciente bajo efectos acompañado de sus ícaros medicinales, el ícaro es un canto mágico chamánico que ayuda a sacar las malas energías de los pacientes, además, protege el lugar de la ceremonia de los espíritus negativos, estos son muy importantes en todo el proceso de sanación.
¿Cómo aprender Ícaros de los chamanes?
El conocimiento del Chamán de Ayahuasca constituye su patrimonio o fuerza curativa, su experiencia es su arma o herramienta de trabajo y su herencia la dejará a su aprendiz, la eficiencia de su alumno determinará su habilidad, dependerá de la dedicación y preparación del Maestro curandero mediante dietas, ingestión de purgas, régimen de vida e integración a la sabiduría ancestral. El maestro Chamán es dueño de sus ícaros y así también es dueño de su experiencia y de su sabiduría, los Chamanes no enseñan sus técnicas al aprendiz ni brindan instrucción formal, es el alumno quien lo acompaña y aprende con la energía viendo todo el trabajo de su Maestro Guía, esto lo ayudará a captar el conocimiento predestinado.
Parte de la enseñanza es que el Chamán va cediendo poco a poco sus ícaros, esto lo aprenden en sueños, visiones o han sido dados por las propias plantas en estado alterado de conciencia en las tomas de Ayahuasca y plantas maestras. El Chamán capta la melodía, el proceso es involuntario, no se rige por la razón, se siente que se impone por sí misma. La melodía hace que el Chamán curandero sienta y comparta su espíritu.
¿Cómo funcionan los Ícaros?
El Ícaro actúa y trasciende mediante la vibración sonora, existe el conocimiento subconsciente del gran misterio que guía, esto orienta al Maestro Chamán al instante de elegir el Ícaro más adecuado dependiendo del estado del participante. Durante los rituales curativos se utilizan brebajes de plantas que son ingeridas por los Chamanes, los curanderos tradicionales guían la curación, dan forma a la energía individual y colectiva cuidando la integridad de todo el grupo que esté participando de la ceremonia.
El Ícaro permite metabolizar las visiones determinando contenidos subjetivos en diferentes niveles de sanación, que sirven para guíar en el trabajo, amor, salud, bienestar y autoexploración. Al mismo tiempo, en el plano real, el Maestro Chamán detecta la fuerza y energía espiritual del participante. El Chamán se sumerge en el cuerpo del participante, ve todo lo que tiene en su interior y va curando a través de sus ícaros, esto lo capta a nivel físico por cada miembro del grupo en las sesiones de Ayahuasca, bajo los efectos del brebaje.
Esta es la importancia del ícaro o canto interno dentro de las ceremonias, se manifiestan los efectos psicoactivos, con diferentes sensaciones ampliadas a situaciones diversas existenciales y percepciones visionarias que no se pierden en ninguna circunstancia. La descripción de las visiones tiene importancia por la secuencialidad y explicación, expresa resultados eficientes en la transformación de su vida, es decir cuando cambia algo o mucho de su vida y la persona ya no vuelve a ser la misma.
¿Existen efectos físicos y terapéuticos?
Efecto físico
En el retiro de curación con plantas, la primera sensación que se tendrá es de mareo, lo cual es propio del Ayahuasca, el participante experimentará un deseo de vomitar, junto con percepciones de zumbidos o vibraciones. Después de tener diversas manifestaciones físicas o mentales, se tiende a vomitar dentro de la sesión de Ayahuasca, esto permite expulsar todas las energías negativas y males o manifestaciones espirituales.
Algunos entendidos señalan que implica “devolver, expulsar o dar de sí para restituir con diferente energía aquello que ha sido absorbido en exceso y que no nos pertenece o creemos que ha sido tomado por error, este misterio real es una experiencia liberadora que ayuda a la desintoxicación permitiendo una recuperación física y psíquica.
Efecto terapéutico
Se dice que se produce una reorganización estructural intensa, aprendizaje, reconexión con la espiritualidad y acompañado de una comprensión racional e integración, por lo menos parcial, de los contenidos subconscientes que afloran. Una de las cosas más importantes es la expulsión de contenidos afectivos – emocionales profundamente reprimidos a niveles de subconsciencia, lo cual permite su liberación y la reconciliación e integración consciente.
El trabajo con las plantas maestras como el Ayahuasca es un análisis que se hace uno mismo, esa capacidad emerge desde el interior de cada participante en forma simbólica o expresando impresiones de emoción y sensación de realidad, las cuales son diferentes en cada persona. Esto se puede ver y sentir con convicción, las visiones y sensaciones son muy importantes para el tratamiento de cada participantes, los contenidos favorecen la evolución del tratamiento y la solución de sus problemas. Los resultados son eficientes y los índices de depresión, estrés, alcoholismo y también otras enfermedades desconocidas en su mayoría son sanados mediante el trabajo terapéutico con plantas ancestrales.
