El ritual de la purga de Ayahuasca o vómitos se produce poco después de que todos hayan tomado las medidas de Ayahuasca. Este es un paso importante en el proceso de limpieza y purificación necesario para el cuerpo para purgar sus toxinas y energía negativa pues es capaz de recibir la curación y respuestas del brebaje de Ayahuasca. Es probable que experimente la purga durante toda la ceremonia, incluso algunos llegan a tener diarrea, aunque esto no es tan común en el proceso de la purga.
Se dice que la purga con Ayahuasca es una experiencia catártica y liberadora que puede abrir la posibilidad para tener una vida consciente, más plena y satisfactoria, lo que será un espacio para la exploración de la propia conciencia. La investigación de la conciencia de la mente y del alma no es un asunto que solo puede verse por “especialistas”, sino que cada persona puede llegar a sumergirse en la profundidad de su inconsciente para saber el origen de bloqueos emocionales y poder asumir la tarea de eliminarlos.
Después de la purga, la persona comenzará a sentirse mareada, a esto le seguirá un conocimiento más profundo y la percepción de los colores, imágenes y una plenitud de experiencias. Los participantes pueden experimentar la percepción psíquica, la necesidad de reconciliación con uno mismo y con los demás, visiones de animales de la selva, las conexiones espirituales, la comunión cósmica y una sensación de respeto a la vida y a todo lo que es sagrado.
El uso de este brebaje sagrado puede ser letal, no es un divertido plan turístico de fin de semana, algunos dicen que lo usan como un remedio que permite descubrir enfermedades del cuerpo y que sirve para corregir cuando una persona se está comportando mal en la vida, pero también hay participantes que no regresan de este descubrimiento, pues por ignorancia y por falta de una persona que le advierta sobre las precauciones, esto se da al enfrentar al llamado “bejuco del alma”.
Según los chamanes, el bejuco del alma ve todo, incluso lo que hay dentro de la persona. Se sabe con seguridad que muchos de los que toman Ayahuasca, regresan a casa sintiéndose aliviados en el ámbito físico y emocional, esto es en el cuerpo y en el alma, para ello se debe estar muy atento a las indicaciones que dé el maestro chamán y seguir paso a paso cada una de ellas, aunque suena fácil no lo es.
La persona debe saber cuál es la razón para ir al ritual y que busca con eso, además, debe estar informada, contar con referencias de lo que se va a encontrar en el ritual, también debe saber el marco en el que está dándose el ritual, se sabe que “El Ayahuasca no puede ser tomado de cualquier manera, la toma tiene que estar liderada por un conocedor como lo es el maestro chamán, debe saber cantar, porque el canto en el ritual del Ayahuasca es lo más importante, pues es el que conduce la toma” y también se debe contar con la presencia de un experto en traducir estos elementos propios de los indígenas a las personas provenientes de entornos urbanos, se dice que también es bueno que esté presente un psicoterapeuta pues es alguien que tiene experiencia ante posibles casos de brote psicótico y sabe cómo manejarlo.
Lamentablemente no todas las personas que participan del ritual de Ayahuasca siguen las recomendaciones y salen en busca de este brebaje que para muchos es “el remedio que cura por dentro y por fuera”, algo que utilizan las personas para conocerse a sí mismas, para curar enfermedades, sanar males de amor.
Cuando tienen reacciones fuertes es porque las personas tienen malos espíritus y el Ayahuasca los quiere sacar, esa es la búsqueda de liberación de quienes acuden a la toma de este brebaje.
Existen casos esporádicos que han puesto en la mira esta tradición indígena milenaria que es repetida cada vez más en las ciudades donde muchas veces no se tiene nigún tipo de control ni rigor en el sentido del ritual.
El sociólogo Ricardo Díaz Mayorga señala que el Ayahuasca salió de la mano de los indios, esta bebida debe ser tratada con seriedad, pues el Ayahuasca castiga los desequilibrios físicos y emocionales y genera un proceso de purga bastante doloroso, el cual no es para todos.
